La publicación de hoy no es agradable, pero he sentido la necesidad de hacerla. Podría llamarse terapía de choque o bofetada de realidad... Habrá gente a quien no le guste o no quiera leerla, totalmente comprensible, pero igual que siempre comparto nuestra visión de las alergias creo que como en todo hay que saber lo bueno y lo malo. Las alergias no son una tontería.
Las alergias alimentarias NO son una moda ni una exageración, ¡son reales y peligrosas!
Las familias que convivimos con ellas nos enfrentamos a más que solo etiquetas de ingredientes.
A diario, lidiamos con la falta de empatía y la poca concienciación en nuestra sociedad.
Comentarios como estos no solo duelen, sino que también nos ponen en peligro.
Las alergias alimentarias no se toman vacaciones, y tampoco lo hacemos nosotros, los padres, que vivimos en una constante alerta para proteger a nuestros hijos. No pedimos simpatía, ¡exigimos empatía y respeto!
Cada comida, cada salida, cada evento social se convierte en un campo minado. A veces parece que somos invisibles en un mundo que no entiende lo que significa vivir con esta carga.
Es hora de cambiar eso.
Todos merecen sentirse seguros y comprendidos. Hablar de alergias alimentarias es hablar de vida o muerte.
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